Bueno, pues ayer, jueves, fuimos Gema y yo a Chester. Es una ciudad preciosa. Parece que estuvieras en un cuento de Andersen.
Esto de aquí abajo es una Catedral enorme. No entramos porque había que pagar, y bueno, hay que ahorrar.
Yo por no variar haciendo el tonto delante de la catedral.
Esta otra de abajo es una foto más normal, no sé porqué, pero las fotos salen en orden inverso al que se hicieron. Es decir, que primero hicimos la formal, la de abajo, y luego la de arriba haciendo el tonto.
Un elefantito, no sabeis las ganas que me entraron de subirme encima, pero había mucha gente alrededor, que no salen en la foto y me daba un poco de corte. Tengo que vivir aquí unos meses más y no es plan de tener problemas con la autoridad, jejeje.
Un trenecito, aquí en Chester tienen unos parques preciosos, con árboles bonitos que ahora en otoño tienen hojas de colores muy dispares, rojos, distintos tonos de verdes, amarillos, precioso todo. Y tienen unos trenes para los niños que van dando una vuelta por el parque. Este trenecito estaba a la puerta de donde se compran los tickets para el otro tren, este es para los más peques.
Las ardillas, vaya odisea, qué miedo, yo pensé que nos mordían, había cientos de ardillas que nos rodeaban. Tenían más hambre, pobrecillas, pero qué susto. jejeje.
Arquitectura de Chester, precioso.
Yo con mi ardilla, de verdad que parecía que me iba a saltar encima y escalar, ufff.
Precisos los colores.
Ruinas romanas, esto estaba bien, pero el anfiteatro (jo, no sé si se escribe con n o m, en inglés es con m) bueno, pues es una kk, no tiene nada que ver con lo que nosotros entendemos como ruina romana, Mérida se lleva la palma de oro sin duda.
El río y los barquitos.
Una de las calles de Chester
El río otra vez, pero esto fue mucho antes, y desde un sitio completamente distinto, más lejos del otro lugar.
Un romano a la puerta de un restaurante, aquí explotan lo de las ruinas.
Una iglesia.
El centro de Chester. En estas casas vive gente realmente, y hay tiendas también, impresionante.
Otra casa.
Un reloj chulo chulo.
Simplemente para no olvidar lo que me está cambiando este país, jejeje, lo de la puntualidad se me ha pegado ya, jajaja. La cosa es que quedamos en el tren a las 9,58 y yo que me levanté un poco ida, salí corriendo de casa toda apurada porque pensaba que llegaba tarde y cuando monté en el tren no veía a Gema por ningún lado. Pensando que era extraño que no me hubiera llamado ni mandado un sms avisándome de que había perdido el tren, me dí cuenta que eran las 8,58 y que yo había llegado una hora antes. La llamé y se lo dije, y tuve que esperar en Liverpool hasta que ella llegara. Menos mal que estaban las tiendas abiertas ya y me di una vueltilla. Ay madre, que tonta, jejejeje.